Revista Ahorateleo
Editado en Guadix, Granada
por Asociación para la Promoción de la Cultura y el Arte "La Oruga Azul"
ISSN 2952-5721
Háblanos un poco
de ti.
Pues soy una
persona normal, que no le gusta el deporte, menos aún el fútbol, que solo sabe
leer y escribir sobre lo leído. Recuerdo haber nacido con un libro en una mano
y un lápiz en la otra, no vine con un pan debajo del brazo, lo siento: fue en
Burbáguena, Teruel, en 1957; y a los 8 años leí por primera vez El Quijote y la
Biblia, que por aquel entonces estaba prohibida en España, se estudiaba y leía Historia
Sagrada. Los que tienen una edad como yo lo recordarán.
¿Qué podemos
encontrar entre las páginas de Fosfenos?
Las personas
lectoras de Fosfenos (Huerga y Fierro) encontrarán que aquí está mi vida y su
poesía, con muchos ecos y muchas voces, con muchas lecturas, con muchos versos
repetidos en una forma y en otra, una estructura y otra, siempre necesarias por
y para la unidad temática. Es un libro de libros muy descriptivo, pienso, de lo
que es el proceso de escritura, o al menos del mío. Y es, tal vez, un tanto,
mucho o poco, místico, revelador y contundente. Ahora, las personas lectoras
tienen la palabra. ¡Gracias! Y no dejen de leer el prólogo del gran José Luis
Rey.
¿En qué
ingrediente reside la fuerza de este libro?
El condimento es
sencillo: la poesía es mi vida y mi vida es la poesía y ella será mi muerte.
Escribir con y en la verdad y de la manera más sencilla y humilde.
¿Cómo
describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta
última?
Desde Arpegios
(Biblioteca Atlántida, 1983) hasta este Fosfenos han pasado muchos años y
muchas historias. Soy como una noria en un gigantesco parque de atracciones, si
me paro a pensar en ello: esa es mi trayectoria. Creo, pues, que hay de todo y
para todos los gustos y todo aderezado con infinitos sabores. No es nada del
otro mundo, seguro que somos legión en esta tragicomedia que nos ha tocado en
suerte.
¿Cuál fue el
último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
El último libro
que he leído, recién acabado, es una novela en catalán, Terres mortes
(Anagrama, 2021) de Núria Bendicho Giró. Un libro que tenía guardado para leer
en mi jubilación, como tantos otros. Se sabe que leo poca novela. Y lo elegí en
una librería de Tarragona por curiosidad, al ver que era una historia
polifónica de y sobre una persona muerta. Y las anteriores también fueron
novelas: Música en la oscuridad (Seix Barral) de Antonio Iturbe y la reedición
de Llamando a las puertas del cielo (Institución Fernando el
Católico-Diputación de Zaragoza) de Antonio Ansón. Y antes que eso, la
propuesta de lectura de poesía para este verano, muchos libros leídos, para la
revista Librújula (librujula.com).
Y ahora qué,
¿algún nuevo proyecto?
Pues sí, ya
estoy enfrascado en un nuevo libro de poesía que se titulará En la esquina del
verso. No tiene editorial todavía. Y preparando como cada año el IV Encuentro
de poetas del Jiloca, en Burbáguena, mi pueblo. Y mil gracias por acogerme en
vuestras páginas de Ahorateleo.
Con este poemario, Enrique Villagrasa desmitifica la idea generalizada en ciertos círculos que un buen crítico no puede ser un buen poeta, y reafirma la vigencia de la poesía lírico-artistica contra toda la antipatía hoy; por ende, con este poemario, el autor desmitifica tambien la tendencia de privilegiar, incluso en los certámenes de poesía, esa antipoesía de lenguaje directo, coloquial y comprometida.
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