Ha llegado el momento de salida,
escapar no es huir es reencontrar
una vieja ambición que huyó perdida
y perdido hallarse y despertar.
Se puede voltear aún la partida,
no hace falta volar por despegar
de la umbrosa rutina de esta vida,
y con ojos abiertos ya soñar.
Ha prendido la luz del nuevo día
y las retinas son soles que ven.
No hay tiempo de tristeza o alegría.
Los instantes son tu preciado bien,
instantes que engullir en armonía
y por las huellas somos su vaivén.
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