La Oruga Azul.

La Oruga Azul.
La oruga se puso azul turquesa, porque presa de la luz de la poesía, reposa en las cuartillas de la mesa impregnada de tinta y fantasía… (Antonio Peláez Torres),

sábado, 6 de mayo de 2023

“EL INFINITO EN LA PALMA DE LA MANO” DE GIOCONDA BELLI PEREIRA, por Lola López Raya

 



Gioconda Belli es una novelista ncaragüense además de poeta, política sandinista, marxista y feminista. Cuenta que estando en casa de unos parientes encontró en su biblioteca varios libros apócrifos, entre los que se encontraba “Las vidas de Adán y Eva”; quedó tan fascinada por este relato que enseguida pensó que quería contarlo. Investigó sobre él durante  varios años en varias fuentes,  desde los pergaminos de la biblioteca de Nag Hammadi (Egipto 1944) y  los pergaminos del Mar Muerto (1947), hasta los libros rabínicos de Midrás. Por fin, varios años después, narró  desde una perspectiva no religiosa, la vida de nuestros primeros padres.

“El infinito en la palma de la mano” fue galardonado con el Premio Biblioteca Breve de Novela 2008 (Seix Barral) y con el Premio Sor Juana Inés de la Cruz de la Feria Internacional del libro de Guadalajara (Méjico).

Esta preciosa historia es como un pequeño cuento, un conmovedor relato de ficción estructurado en dos partes: una discurre paralela al  mito, y cuenta la vida de Adán y Eva desde su creación  hasta la expulsión del paraíso, y otra que va desde el Jardín habitado que es la Tierra y que conduce a los personajes bíblicos a través de la evolución hasta la aparición de los humanos como especie biológica.

El mito de Adán y Eva aparece ya en Grecia, y posteriormente en las religiones Judía y Cristiana;  G. Belli se basa en estos hechos, claro es, pues en su libro aparecen los personajes tan conocidos por todos: dios (Elokim), que prohíbe a Adán comer la fruta del árbol del conocimiento, que da sabiduría para distinguir el bien del mal; la serpiente (el demonio) que induce a Eva a comer la fruta prohibida, y esta induce a Adán, Caín, Abel, etc; más, como digo, aunque estos hechos sean los mismos que aparecen en fuentes antiguas y en el relato apócrifo, Belli hace una narración preciosa para  reinterpretar el reato bíblico de una forma reflexiva y cuestionándose preguntas universales. Para la novelista Eva no es la inductora del mal, sino una mujer  inquieta y reflexiva que quiere conocer cuál es la finalidad de nuestra existencia, que quiere  saber qué es ser libre y aceptar sus consecuencias, que indaga sobre la conciencia de ser y de ser mortales. En este sentido Belli elige a una Eva protagonista de su vida, y Adán la acompaña, por no estar solo. Es una  elección que llamaríamos feminista, como no podía ser menos, ya que la escritora es una mujer feminista con un gran compromiso político y social del que impregna todas sus obras.

Adán responsabiliza a Eva de su expulsión del paraíso, pero ella no  asume esa culpa, lo que también es una decisión feminista de Belli, sino que se rebela contra el rol que la mitología le asigna. Eva y Adán son expulsados del paraíso pero son interesantísimas las reflexiones de Eva cuestionándose el papel de dios (al que llama Elokim, o el otro) al que interpela diciéndole: “…los hombres son un capricho de dios, que se aburre, que crea constelaciones, crea planetas y después se olvida” y apostilla  “… pero nos dio el poder de poseer la Tierra, de definir el bien y el mal”

Una vez que Eva y Adán son expulsados del paraíso son conscientes de a qué se enfrentan en el presente y lo que han dejado en el pasado… lo que sigue es la lucha por la existencia que acompaña a la humanidad. Belli parece decirnos que Adán y Eva, y toda la humanidad, estamos fuera del paraíso, que dios está fuera de nuestra vida, que estamos solos, pero que en nuestra vida se han instalado de forma intrínseca la libertad y el conocimiento y como parte de él, el sufrimiento y el gozo de vivir.   

En esta segunda parte hay un relato de los problemas y logros que la especie humana ha ido solventando en su devenir: con inteligencia y  libertad, libertad que  es un regalo de dios y no un castigo.  Hay pasajes del libro preciosos, como cuando Eva cuenta los sentimientos que le producen sus múltiples embarazos, “… parir es un dolor, nos dice Eva, pero también una forma de participar en la creación”; y también cuando descubre el arte de dibujar pinturas en las paredes de una cueva que “…la llena de felicidad, la hace sentir menos sola”.  

Para finalizar el cuento, Belli vuelve de nuevo al relato apócrifo, pues los descendientes de Adán y Eva  cumplen con el mito y, no obstante, para llegar al desenlace reinterpreta la decisión de Caín como metáfora  de la  marginación de tantos hombres que luchan por evitar un triste destino. La narración acaba con un giro majestuoso que te sorprende y alegra, pues integra sabiamente el relato apócrifo con una perspectiva más científica del destino de especie humana.

Como conclusión diría que es un libro sencillo de leer, y que aunque conocemos la historia esta nos llevará más lejos si dejamos entrar en nuestra mente la ternura y la reflexión que Belli nos propone.

 

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