· Ángel, nos ha llamado siempre la atención las
entradas que suele publicar en Facebook. Es usted un magnífico contador de
historias. ¿Puede hablarnos de la génesis de las mismas?
No
tengo mucho que decir acerca de esto. Es raro que cuando me siento a escribir
(para un retal en Fbook) sepa qué voy a tocar. Y como no sé bien ni cómo
empezar ni de qué manera terminar, todo lo que queda entre el principio y el
final suele ser un desastre, que provoca pocos daños, y en último caso confío
en que los atiendan las aseguradoras tan bien dispuestas siempre.
·
Usted estudió filosofía en la Universidad de
Deusto y en la Sorbona, ciencias del lenguaje ¿Cómo comenzó su trabajo en la
radio?
Bueno,
en aquel momento las tres posibilidades que se me presentaban a mí eran: seguir
estudiando (teología con los jesuitas en Innsbruck), dar clase particulares de
lenguas clásicas a estudiantes (del bachiller de entonces), o presentar “Los 40
Principales”. Después la industria de la radio y yo tuvimos un romance duradero,
con los altibajos propios que trae la prolongada vida en común. Con el tiempo
me he aficionado mucho a montar en bicicleta, pero es difícil volver atrás;
además hay gente muy buena dando pedales y me costaría entrar.
·
Sus discursos están cargados siempre de sentido
del humor. Un amigo nuestro decía que el humor es la cortesía de la
desesperación ¿Cuánto de verdad cree que hay en ese pensamiento?
No lo
sé. No me hago con la frase. Quizá me hayas pillado en un día en que no esté lo
suficientemente desesperado.
·
Algunos afirmamos que la filosofía debería ser
disciplina obligatoria en los centros educativos, ya que nos enseña a pensar.
¿Cree usted que pensar garantiza el éxito en los tiempos que corren?
Carmen,
aunque suene a rayos tengo que decirte que no soy partidario de que la
filosofía sea obligatoria, porque dudo mucho de que se trate de una materia que
se pueda enseñar (especialmente a quien no tenga interés en ella). Puestos a
organizar nuestras mentes creo que la matemática ayuda mucho más. Diría que
“filosofar” desde la enseñanza media se parecería bastante a “empezar la casa
por el tejado”.
·
Nombre a un poeta que le guste especialmente y
cuéntenos por qué.
Si me
preguntaras por un queso creo que contestaría el manchego, y si por una
verdura, probablemente las acelgas. Con lo del poeta me pones en un brete. Pon
éstos en el orden que tú quieras, sabiendo que dentro de un rato te contestaría
con el nombre de otros; los de las 13:20 serían: Gabriel Aresti, César Vallejo,
Joan Salvat-Papaseit, Paul Verlaine, Joan Manuel Serrat, y Luis Ga
Montero.
·
Nombre una pintura que le guste especialmente y
cuéntenos por qué.
“¿Quieres
más mamá o a papá?”. ¡Vaya lío! Supongo que me sucede como con los poetas por
los que me has preguntado hace un momento. Hasta que te diga otros, apunta por
favor: John S. Sargent (“Retrato de Lady Agnew”), Michiel Sweerts (“Muchacho
con turbante y una flor”), Pierre Renoir (“Baile en Bougival”).
·
Le propongo tres palabras: manipulación,
realidad y emoción. Cuéntenos lo que se le ocurra, acerca de las mismas.
Manipulación: fuera de la que se da en los procesos industriales, me
suena a prestidigitación, ilusionismo, y adoctrinamiento.
Realidad: No existe, o en todo caso sólo durante un instante.
Emoción: Unos bailes bien apretados con quien tú desees bailar.
Muchas gracias.
Gracias a ti, Carmen. ¿Te
apetecería bailar?
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