miércoles, 14 de septiembre de 2016

Limpiar la mirada, por Mª JOSÉ MENACHO CASTELLANO.


El martes todo era silencio
recién hecho,
ni siquiera la lluvia se atrevió a saludar,
cuando llegó sin ser esperada.

Rotundas sus últimas palabras,
brillantes sus primeras lágrimas,
de color sepia sus eternas promesas.

El camino brillaba en lo oscuro,
de sobra sabiendo los pasos
que lo andaban.

Unas gotas celestes, hijas de nubes oscuras,
fueron la única fruta fresca
en la noche de la despedida.

¿Quién se atrevería a ponerse
delante de la lluvia?
¿Qué manos no querrían mojarse,
y limpiar la mirada por dentro?



2 comentarios:

  1. ¡Cuánto me alegro de haber leído a mi querida María José Menacho!
    Fantástica de verdad.

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  2. Ya era hora de poder disfrutar con tus versos.

    Precioso María José.

    Dejo mis "bersos"
    teñidos de nostalgia
    y de niñez.

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