I
Give me five!
Y fúndete conmigo.
¡Chócate esos cinco!
Y deja que la vida
se confunda en nuestro lecho
formando un solo continente,
una sola sinestesia
que comunica todo el cosmos.
II
Yo no sabría vivir sin la música,
sin los aromas,
sin
los colores,
sin las caricias,
sin
el gazpacho
y las demás recetas
con sus ingredientes tan exquisitos.
Cinco
jinetes
(sobre cinco caballos de Troya
que podrían ser del Apocalipsis
o simples caballitos de madera)
cabalgan sobre mí como cinco plagas,
como cinco musas,
como cinco ángeles.
Sin su consejo más erudito
mi vida sería cinco veces menos verdadera,
cinco veces menos consciente y cinco veces
menos lírica.
III
Como cinco antorchas encendidas
que nos introducen en la platónica
explicación del Mito de la Caverna
y sus sombras, los sentidos proyectan
cinco espejismos cinco
dentro del mismo oasis
(que es mi cuerpo)
como cinco elementos secretos
dentro de la misma tabla periódica
(que es mi alma y su delirio).
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