miércoles, 14 de enero de 2015

Apropiación de la rosa, por MARÍA PIZARRO.



En el cuenco del amor
recogí tus semillas,
la perla de rocío
posada en la espina.
 Hablabas de la paz
 en el mundo
 y se abría  una rosa
en tu boca.
Yo guardé su perfume
disecado en mis libros.
No hay mayor verdad
que la belleza

y la rosa.

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