lunes, 14 de julio de 2014

Un poeta una vez, por MARÍA PIZARRO.



Llegó sin sombrero
y sin bufanda;
con ojos cansados de mirar
con manos ausentes
y sin navaja.
Besé sus labios
por un descuido suyo,
supieron a poco,
o a nada.
Llegó una tarde,
con  sombrero, con paraguas;
si llovía, no me acuerdo;
dijo algo y danzaron las palabras.
Fumaba,
y me escape en el humo
de su cigarro.
Yo vi al poeta una vez,
con un corazón de agua
en la cara;
 y si llovía, no me acuerdo,   

¡hace tanto que fue ayer!

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