(Soberbia)
Un león con
arrogancia
y frunciendo
el entrecejo,
soberbio
dijo a un espejo:
a feroz
nadie me alcanza.
Una pulga
distraída
fue a
clavarse en su pellejo,
y una
enfermedad terrible
lo postró y
le dio templanza.
Firmemos una
alianza,
dijo el león
al bichejo.
(Gula)
Una
serpiente pitón
de apetito
desmedido
vio pasar a
un elefante
y
aprovechando un descuido
lo engulló
de sopetón.
¿Con este
tendré bastante?
Se preguntó,
insatisfecha.
La asaltó un
dolor punzante,
agudo como
un cuchillo,
al cabo,
dijo maltrecha:
nunca pensé
que un colmillo
Me causara
indigestión.
(Lujuria)
Una mantis
religiosa
de esbeltas
piernas zancudas
al macho
llenó de dudas,
su belleza
peligrosa.
De efluvios engalanada,
alborotó su
concupiscencia
derrotó si
resistencia
no resistió
a su celada.
Camuflada en
la maleza
sin otro
lecho que una rama,
con
destreza, aquella dama
le hizo
perder la cabeza.
(Pereza)
Un oso tras
la hibernación
despacio se
despereza
sacudiendo
la cabeza
con pausada
rotación.
Cuatro meses
ha pasado
en un sueño
extraordinario,
sin mirar el
calendario
ni la esfera
del reloj.
Pasa un
rebaño de ovejas,
despacio las
va contando,
sus párpados
se van cerrando
empujados
por sus cejas.
(Avaricia)
Una hormiga
acumulaba
comida en el
agujero
Por allí
pasaba un grillo
que le dijo
lastimero:
por caridad
señora,
¿no tendrá
un grano de trigo?
¡No quiero
cuentas contigo,
gandul, anda
y labora!
Entonces
llegó el invierno,
Y un aguacero tremendo
partió en
dos el hormiguero,
el grano se
fue al infierno.
(Envidia)
Una mona que
en un circo
se coló en
el camerino,
vio como una
equilibrista
se
maquillaba con mimo.
Resuelta,
dando un brinco,
se sentó
junto a la artista
e
imitándola, celosa,
su cara llenó
de afeites.
Cuando hubo
terminado,
por la
puerta entró un payaso.
Más me
parezco a este, acaso…
dijo
apretando los dientes.
(Ira)
Un toro gigante
entraba
airosamente
al tendido
el
banderillero aguardaba
oculto en el
burladero.
Le salió al
paso atrevido,
portando las
banderillas
y se las
clavó en el lomo,
con mucha
gracia y salero.
Visiblemente
molesto
el toro
comenzó a bufar
cuando vio
llegar al diestro,
poniéndose de
rodillas.
Tu no me las
clavas más,
dijo embistiendo
furioso,
el diestro
salió corriendo,
viendo venir
al coloso.
No puedo parar de reír.. Me encanta.
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