miércoles, 30 de marzo de 2022

ESPANTO, por Consuelo Jiménez.

 


No sé si gritarle al viento que corra, 
que no se detenga 
en el pálpito del laberinto. 
Voy a cerrar la  mirilla. 

Voy a quedarme en el pomo de la puerta, 
como un verso apoyado en el renglón, 
confiando que las palabras tornen del espanto. 

Si me narran, 
lameré el crimen de los otros, 
hasta  que la lluvia barra mi rabia 
y sus cenizas. 


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