martes, 14 de mayo de 2019

SE LAMENTA EL TIEMPO, por Antonio Morillas Jiménez.




Se lamenta el tiempo
que espera luz en la casa,
donde verá sus ojos
en espejos que abrazan el mar,
en mujeres de Sorolla
que esquivan flores mustias en la playa,
en incas de piedra que desfilan
en el estante
junto a elefantes de ébano
que dan la espalda a la puerta.

Y verá sus manos en la diosa de terracota
que volvió del sueño
en un anticuario de Creta
y vuelve a lamentar
los pasos perdidos.

Son guardianes de historias inconclusas
sobre los puentes del agua
- Praga o París -,
bajo los arcos del aire
- Roma o Berlín -.

Y desgrana sueños
mientras la palabra se despeña en los labios
para estrellarse en la espuma
y bosteza
     en los arrabales del día
- los ojos cubiertos de harapos -.

Nace un grito.

(En el aire fluye la fuente

que aplaca la sed de los jardines).

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