Con las primeras luces, Amalio ya se
despierta. Abre los ojos, los cierra. Vuelve a abrirlos. Todas las mañanas
igual. No puede volver a dormirse a pesar de que es todavía muy temprano. No
obstante, en su cama juega a que sigue soñando: “Trizas, tristezas...” Piensa
en el pollo asado que preside siempre la mesa en su casa el domingo... “Trozos
de carne asada como ases de corazones... que lloran, que llueven...” Los días
de lluvia se hacen interminables.
Escucha a su padre levantarse. Se
afeita con el transistor muy bajito. También percibe cuando, al irse, cierra la
puerta tras de sí: la empuja desde fuera para asegurarse de que queda bien
cerrada, de que, una vez que haya salido para la oficina, nadie podrá entrar a
molestar a su familia. Su padre es un hombre bueno y tranquilo.
A Amalio le cuesta trabajo
levantarse. Sufre con frecuencia anginas y pasa días y días en casa. Él las
padece a gusto: escucha la radio, su madre le compra pasteles... No se imaginan
sus padres que a veces ha llegado a meterse en la boca cubitos de hielo del
congelador para tener fiebre y que le duela la garganta...
Amalio duerme poco y lo hace mal.
Por eso está cansado a todas horas. No le gusta ir al colegio, como tampoco le
gusta pasar las noches solo en su cuarto. Seguiría durmiendo en la habitación
de sus padres, pero ya es mayor para eso.
Se consuela pensando que un día
acabará todo aquello. Cuando los otros se meten con él en el recreo, Amalio no
dice nada. No se defiende. Solo dibuja árboles con muchas hojas muy verdes, con
ramas que casi llegan al cielo.
Cuando llega al mediodía, sigue
dibujando en el salón mientras su madre cose en la silla baja y el televisor
intenta llamar la atención con ahogadas voces. Sale muy poco, ya que no tiene
amigos. Tampoco cree que le hagan mucha falta. Seguro que, si los tuviera,
también se meterían con él...
Cuando llega su padre casi es de
noche. Cenan. “Qué serio estás” “¿Te pasa algo?” “¿Tampoco tenías hoy deberes?”
“El domingo iremos a casa de los abuelos”.
Amalio
se acuesta sin ganas de que llegue el día siguiente. Si al menos fuera ya
viernes...
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