Nunca supo el secreto
guardado bajo llave
en mi corazón.
Ni tan siquiera me dijo
si sentía tristeza
ira o dolor...
Sólo admitió su error
como aquél pájaro herido
que mártir cae de su rendición.
Nunca dijo, nunca jamás.
Allá a lo lejos se vislumbra,
quedó muerto partido en dos.
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