Bendita la lluvia que hace el milagro de que las aceras
reflejen los árboles en el cemento. Bendita sea el agua, venga del cielo o del
manantial, salada de mar o dulce de las fuentes. Bendita la lluvia que dibuja
raíces en los cristales y rasca la tierra y abrillanta las tejas rojas y
negras. Bendita lluvia que matiza los miles de grises de las nubes y entona
pardos los raíles oxidados. Los caracoles pasean felices, los rizos se me ponen
contentos y los gorriones se posan en los cables de luz como collares de
pájaros, perlas vivas de plumas pintadas. Bendita sea la lluvia, bendita sea.
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