martes, 14 de octubre de 2014

La Mujer Alta (Poema inspirado en el cuento del mismo nombre), por PURA FERNÁNDEZ SEGURA.



Un hombre pasea su huerto olvidado,
en la buganvilla se esconde el niño.

Sobre las copas de los tilos,
el pueblo duerme su calvario,
y el frío relente  corta;
¡cuántas veces, la misma noche!

Un galgo eléctrico de Amezcua
corre huidizo, tensa el arco y
solo va por la solitaria plaza.

Estigma de un mal presagio,
la hora precisa apunta.
La Mujer Alta  acecha,
La Cañada cruza,
en el zaguán se esconde,
hacia San Miguel  baja, sale al paso, 
roza tu hombro la mano grande,
las  cuencas vacías miran pétreas.
Breve abanico o témpano de hielo,
¿a quién señala?
Cierra los ojos aterrado el niño,
los abre el hombre y
para espantarla  grita.

La noche cerrada  engulle los sueños.

Apartado, muy lejos,
vivos  recuerdos traen,
los cuentos de estantiguas,
espíritus y duendes,
que aprendió en las ventosas noches, frías

de una áspera y vieja ciudad del Sur…

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