domingo, 16 de junio de 2024

Entrevista a Antonio Alcalde Soler, autor de Mala land.

 


Revista Ahorateleo

Editado en Guadix, Granada 

por Asociación para la Promoción de la Cultura y el Arte "La Oruga Azul"

ISSN  2952-5721




Háblanos un poco de ti.

Un tío mío que tenía una librería con editorial en Granada y al que íbamos a visitar algunos domingos me regaló mi primer libro, Kim de Kipling, lo que me descubrió un mundo, muchos mundos escondidos en los que a partir de entonces siempre quise adentrarme con los ojos asombrados del primero que llega a una tierra desconocida. Pronto la lectura me llevó a la escritura. Los primeros pinitos en narración dieron paso a una poesía clasicista.

Años después, la lectura de los poetas románticos y místicos anglosajones, San Juan de la Cruz, Machado y tantos otros me llevaron a una poesía breve y densa, conceptual, metaliteraria, de la que ya nunca me he separado.

Por el camino, el amor, la familia, la vocación de profesor, años fuera de Granada…


¿Qué podemos encontrar entre las páginas de Mala land?

Mala land insiste en los temas presentes siempre en mis libros: el amor en peligro, incomprendido, perseguido; las contradicciones de una sociedad que nos ha quedado muy imperfecta; la vida en pareja… pero esta vez lo hace desde el otro lado. Hemos vuelto a la ciudad que nos vio nacer, no solo venimos nosotros y hay que empezar de nuevo a la vez que ya no somos aquellos jóvenes ingenuos que luchaban contra todo lo que se les oponía. Los enemigos del amor son ahora más sutiles y la batalla es más difícil. También hay muchos juegos metaliterarios en forma de referencias, alusiones y pequeñas trampas para los que saben leer más allá. Es un libro sobre el amor y la literatura. Casi nada.

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Intento siempre una doble dimensión: una lectura más sencilla para todos los públicos (que no siempre consigo) y otra más escondida, llena de cargas de profundidad (que tampoco logro siempre). Ambas me dan muchas satisfacciones como poeta. Y a veces llegan mensajes de los lectores/as de los que se deduce que sí, que algunos poemas han sido bien comprendidos y gozados, que es de lo que se trata: ser leído, ser comprendido y que alguien se identifique con lo que una vez sentiste o pensaste y pusiste en el papel.


¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

Accidentada a veces, marginal. La corriente literaria debería ser eso, corriente, y llevarse, como en el trabajo de Hércules, mucho de lo que se escribe -mal- hoy día y a los que lo escriben. Es como el traje del Emperador: si se publica y se critica bien lo que ellos/ellas hacen, entonces yo voy desnudo (lo que por otra parte conviene muy bien a mi forma de escribir).

Publiqué mi primer libro, Los premios perdidos (con cierta retranca ya desde el título), en mi primera madurez. Salí cansado de una editorial que no trataba bien a sus poetas, así que el segundo lo autopubliqué. Ahora cada vez me es más fácil publicar, pero sigue siendo igual de difícil llegar a un público amplio, si es que esa expresión tiene algún sentido para la poesía. Al público más amplio de los lectores de poesía, entonces.


¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

Siempre tengo un par de libros o tres a la vez, que alterno según las horas del día o los días y según también el género. Leo ahora el Nuevo Corpus de la poesía popular de Margit Frenk, tomo I. Un placer absoluto para los amantes de la poesía popular y la tradición. Pero no lo leo solo por placer, lo investigo también. Por placer he leído “La mujer de la calle Tablas” de Sergio Mayor, el descubrimiento del año a partir de una no lectura en el Ateneo de Granada. Los que lo conocen saben por qué empleo ese lítotes. Desbordante poeta, místico y romántico a su manera.

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Sobre literatura seguimos con nuestro proyecto acerca de la representación de la rima que tantas alegrías nos está dando (www.lamusicadelasesferas.es). En cuanto a la creación personal y conectado con lo anterior, después de muchos años he vuelto a reencontrarme con la rima: estoy escribiendo unas cantigas a partir de estribillos de otros, poetas, cantautores, pensadores… Otra tierra incógnita en la que quiero adentrarme. Parafraseando a Alberti, para ser aventurero solo hace falta papel y pluma… y se ve que yo siempre lo he querido ser.

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