lunes, 24 de julio de 2023

CARTA A "LA LIBERTAD DUELE" DE F. J. FRANCO-MIGUEL, por Isabel Pérez Aranda.

   


 Es cierto que el dolor nos modela hacia una libertad que siempre debió de ser innata en el ser humano, pero el proceso de la fragilidad, de lo físico, de no poder ser, porque el dolor lo dificulta, quizás sea al fin y al cabo el detonante de la superación, lo que nos hace perder miedos. La poesía no se explica, porque en sí, tiene múltiples  ventanas a múltiples paisajes, lo que implica un mundo de posibilidades, y tú poesía, que habla de dolor, del olvido, de hojas, esas que apartamos de niños  como canicas, y que naufragan como olas repetidas,  una y otra vez y que no por ello se muere en la espera. Tú poesía es veraz, y empuja a seguir leyendo, a presentir los recuerdos y sonetos que atrapan, para contar sus sílabas, por pura manía.  Al leer tus perseidas me vienen a la mente las cometas en aquellos cerros, donde los universos siempre buscan orígenes y destinos, y otra vez vuelven los sonetos con sueños de poetas, y así el otoño y sus hojas se manifiestan en silencio.

 Presiento las arenas, las espumas y ese mar de gaviotas que también es mi mar, que poco a poco te va acercando al destino, ese que tanto amamos y no nos dejará ni un instante, por muchos caminos que recorramos y playas que nos susurren gemidos del pasado. Pero no, no lo creo, nuestra generación no deja de luchar, de mil maneras y a pesar de todo regresamos atraídos por los olores y sabores mirando al infinito, donde la soledad espera  a que decidas , mientras la libertad duele.

 No entiendo otra forma de sentir un poemario, y el tuyo se hila de principio a fin con un sutil y a la vez veraz sentimiento de fragilidad y futilidad que llega.

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