lunes, 14 de enero de 2019

DESDOBLAMENTO, por Jose Guzmán Pérez.


     


     Era solo un punto en la lejanía...un desdoblamiento de mi “yo”, visión más allá de las pupilas del espejo, de las desgastadas formas de los capiteles, del corazón de miel del jazmín. Un espacio abovedado, grácil y uterino. Alegoría onírica, del anaquel que expresaba los primeros gestos del incunable, nanas de fuego mecían la quietud lacerada de mis instantes. El ala y la huella convergieron, como la cara y la cruz en una medalla de plata. Dios me otorgó la gracias de nacer de tus entrañas, educaste mi claroscuro, y juntos seguiremos haciendo camino, reencontrándonos, en la espiral que guardan las rosas entre sus pétalos, seremos tierra y raíz, ecos, eternamente germinados por la luz de nuestras improntas. Brisas espirituales de mañanas de incienso, y atardecida de paz y creencia para nuestros cuerpos.

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