martes, 14 de febrero de 2017

El día más frío, por F. JAVIER FRANCO.



El día más frío del año.
Ésta es la proclama callada,
pero irrebatible, de los termómetros.
Es enero, no podía ser de otro modo.
No puede ser de otro modo.
Pero el día más frío de su vida
quedó tan herido como marchito, 
gélidamente grabado a fuego,
una madrugada 
de otro enero recién descorchado.
El día más frío, el momento más frío,
más aterrador a cada día de recuerdo,
quedó preso para siempre,
y su reclusión perpetua,
tras las verjas del beso que no dio,
en aquellos labios adolescentes
que buscaban inseguros otros labios,
pero que, incapaces,
dejaron escapar en un suspiro
la calurosa, mágica, huella del tacto.
Y ya tan sólo quedó el frío,
el frío del beso al vacío,
a lo que pudo ser y no fue,
a la cobardía de unos labios
tan inocentes como estúpidos.
La fría lápida del tiempo muerto,
en el panteón de un corazón en invierno,
siempre repetirá su testigo mortuorio
ante la barrera de bruma
que cicatrizó entre dos rostros,
que de tanto esperar
mataron el momento en la espera.
Tras toda una vida,
en el día más frío del año,
sigue supurando la herida
del momento más frío de su vida.


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