jueves, 14 de enero de 2016

A Garcilaso de la Vega donde estés, por JOSE ANTONIO HERNÁNDEZ GARCÍA.







En este siglo dorado,

dejad que desmadeje aquella hebras en preludio,

que el ánima de sus cabellos incendie la nieve negra

¿ yo soy el blanco?

Ya no tengo memoria,

este pueblo me la ha quitado.

En las venas traigo azucenas,

en el cuerpo la espina de la rosa .

No puedo deciros más,

sus ojos me han marchitado.

Esta noche no es oscura,

ni tiene sentido,

la he visto bajo mi capa,

no ha sido su corazón lo primero.

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