domingo, 15 de marzo de 2015

Sueño, por PURA FERNÁNDEZ SEGURA.




Irrevocable aquel sueño agónico,
regresa como delirio lúgubre.
Llevo un cuchillo envuelto
en la sombra magenta del costado.
Afilada hoja que corta o libera
las maniatadas manos
de uno o varios hombres.

Palidece el sueño donde las manos,
cercenadas, caen graves hasta el suelo.
Festín macabro para las aves
carnívoras   y recias.
Pájaros  de hambre voraz,
que cesa fulminante
al contemplar las uñas solas,
clavadas en la  arena.
Espejuelos  siniestros de alabastro,
replicantes corneas, que al sol espantan.
Uñas huérfanas de  manos y dedos,
diabólicos seres que crecen sin pausa.

Atroz sueño,  enloquecidos rostros
que aprieto contra mi pecho mudo
para ocultar la mirada  de los hombres
sin manos, que  he cortado o liberado.

Noche luctuosa
cuajada de tréboles litúrgicos.





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