domingo, 15 de marzo de 2015

Las malas hierbas, por PEDRO CASAMAYOR RIVAS.



Con la única idea de ceder un buen hogar
hago sitio en mi cuerpo para darles cobijo,
quito escombros del patio, libero el agua sucia
podo las malas hierbas, adecento mi alcoba.
Se caen como bolos que de pie colocamos
no admiten el chantaje ni la oración con fe.
Aún así les hablo cuando la noche brota
y mis ojos cansados sólo cuentan ovejas.

Nadie revelará por qué los sueños
a menudo abandonan el camino.

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