miércoles, 20 de noviembre de 2024

Entrevista a Mónica Doña, autora de "Oscura hierba"



        

         Háblanos un poco de ti.

Soy pudorosa y no me gusta hablar de mis cosas. Pero podría decirte -porque esto afecta a mi poesía- que nunca fui ni soy persona de ideas fijas. Quizá por ello, cada libro que escribo es diferente a los anteriores. Necesito cambiar de registro con frecuencia. No sé si llamarlo metamorfosis personal o mera contradicción. O directamente decir que no creo en eso de “la voz propia” que tanto interesa al canon para calificar y distinguir a poetas buenos y poetas malos. Creo en la poesía como rebelión a lo establecido que no se mueve y acaba siendo convencional.



¿Qué podemos encontrar entre las páginas de Oscura hierba?

Escribí el libro de haikus ‘Oscura hierba’ porque necesitaba alejarme de mi propia cultura que me estaba esclavizando. No me dejaba avanzar en mi curso poético que para mí es un continuo y necesario aprendizaje. Aquí el cambio de registro se convirtió en una ruptura. Parecía que se había abierto una grieta en el aire y me llegó la urgencia de respirar en otras geografías lejanas pero posibles. Así cambié el aire familiar del sonido de una campana por un golpe de gong. Y llegué a Japón y su brevísimo arte del haiku. Me cambió la mirada poética, la tuve que sesgar como los ojos de allí, pero mereció la pena y la alegría. Escribí muchísimos haikus, los cribé y guardé un buen manojo para publicar. Creo que elegí los que decían más con menos. No sé si eso es salirse de la ortodoxia oriental. Pero disfruté mucho.


¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

    Eso habría que preguntárselo a los lectores, y ni siquiera así, habría acuerdo. Al haber tantas composiciones, cada lector puede elegir los que más le gusten, los atrapen o les sorprendan. Para mí el factor sorpresa es muy importante, y ahí puede estar esa fuerza expresiva de la que hablas. Pero luego está el rigor, la propia exigencia de este tipo de escritura que es mayúscula; la palabra exacta, la fonética acorde, la puntuación indispensable para una lectura fluida al máximo. Delicadeza contemplativa, armonía sensorial, ritmo y acento limpio.

   ¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

    Mis libros hasta ahora han tenido buena acogida. Me he sentido a gusto en el mundillo poético. He aprendido mucho y sigo aprendiendo. Insisto en lo de aprender porque soy muy autoexigente y a la hora de encarar cada libro nuevo me exijo más. No daré nombres pero he tenido buenos maestros que han creído en mi poesía. También procuro no repetirme porque me aburre. Quiero creer que en mi obra publicada se pueden apreciar varios registros, como dije antes.  Cada libro nuevo lo he escrito como si partiera de cero.


    ¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

    Soy muy desordenada a la hora de leer, siempre hay varios poemarios en mi mesa. Voy pasando de uno a otro. Leo y releo alternativamente. De lo último que he leído destaco la MEDEA de Chantal Maillard. La he leído varias veces y sigue en mi mesa. Cuando no la he colocado aún en los estantes, por algo será. Chantal siempre nos da más de lo que esperábamos.


    Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

         Sí, tengo un nuevo libro recién acabado. Creo que es mi libro más trabajado, y en el que he procurado tocar cierto fondo, por decirlo de alguna manera. Llevaba tiempo rondando mi cabeza pero había por mi parte mucha resistencia a escribirlo, pero al final pude vencer el miedo, ya está escrito y me ha producido liberación. No debo decir más, ya se verá cuando se publique.     

 


 


 








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