jueves, 21 de noviembre de 2024

Entrevista a Fernando de Villena, autor de "La vida más allá del crepúsculo".



Háblanos un poco de ti...

No creo que mi existencia sea más interesante que la del resto de los mortales. Nací en Granada, gocé de una infancia y una juventud dichosas. No tardé en descubrir que tenía condiciones para la Literatura y me entregué a ella con una devoción casi monacal. Fui profesor de instituto en numerosas localidades andaluzas. Formé una familia y durante largos años todo fue de maravilla, pero después la vida truncó esa felicidad con la enfermedad y muerte de mi hija. Ahora, perdidas las ilusiones, casi puedo afirmar que sólo me sobrevivo.

 

¿Qué podemos encontrar entre las páginas de La vida más allá del crepúsculo?

Aquí reúno mis poemas de los últimos cuatro años; son textos crepusculares, impregnados de amargura por el dolor de los seres queridos y por el devenir de la Humanidad, pero también llenos de belleza, de misterio, de hondo sentimiento ante la naturaleza y de esperanza.

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

La fuerza de este libro está en su verdad. Creo que después de mi larga trayectoria he conseguido la desnudez tanto en lo referente al estilo como en los sentimientos.

 

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación a esta última?

Mis primeros libros eran de más difícil lectura; se hallaban influenciados por los autores renacentistas, barrocos y grecolatinos. En ellos existía una firme apuesta por la belleza y un vitalismo lleno de luz y de entusiasmo. Ahora he conseguido la sencillez, pero mis poemas se han colmado de tristeza.

 

¿Cuál fue el último libro que leíste y por qué lo elegiste?

Los dos últimos libros que he releído (la vejez se inclina más hacia las relecturas) son de José María Castroviejo, el mejor escritor gallego después de Valle-Inclán y de Emilia Pardo Bazán. Su prosa poética es un torrente de sorpresas. Los títulos: “Las tribulaciones del cura de Noceda” y “La montaña herida”.

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Atravieso una etapa de sequedad interior poco propicia a la creación, pero siempre guardo inéditos en la reserva y pronto se publicará un nuevo libro: “Cuentos de misterio en la Alpujarra”. Esta fascinante región es uno de los pocos territorios españoles donde todavía resultan posibles los mitos, la fantasía, el misterio.

                

IN MORTE"

A mi hija Teresa

 

¡Qué amargo es al volver de cada sueño

encontrar la verdad de que te has ido!

 

Te has ido para siempre

y uno mide el rigor de esa palabra

y se niega a aceptarla.

 

            No veremos ya más

tus ojos de bondad e inteligencia,

tu sonrisa de luz limpia y serena,

tu cuerpecito esbelto y delicado,

tus manos cinceladas en marfil,

la noche tunecí de tu cabello…

 

            Ahora que nos faltan

tus besos de jardín,

tus besos como oreo

de rosas y celindas

en las noches del sur,

ahora que no llega a mis mejillas

el rocío latente de tus besos,

¿cómo sobrellevar

el peso del vivir?

 

            Como en los mismos sueños,

se confunden ahora,

en esta amarga y vertical vigilia,

la gracia de tu infancia campesina,

tu dicha en los veranos junto al mar

o en la dorada Italia,

tus ímprobos esfuerzos del estudio,

tus años de dolor y de hospitales…

 

            Yo pensaba auxiliarme de tu brazo

cuando la edad venciera mis cimientos,

y soñaba a tus hijos

jugando cada tarde en mis rodillas.

 

            Injusto, sin embargo, me parece,

terrible cruel e injusto,

que yo siga viviendo

anciano, torpe y terco,

mientras tu juventud de oro se aleja

por un río de sombra hasta lo ignoto.

 

            Insolente la luz pues no la gozas;

inútil el esfuerzo del mar sin tu mirada;

ingratas las palabras

pues tú eres ya silencio.

 

            No quisiera quejarme

porque tú casi nunca te quejabas

a pasar del dolor y su cortejo;

no desesperaré

porque jamás a ti logró vencerte

la desesperación,

ni perderé la fe

pues tú la conservaste, valerosa,

hasta el último instante de tus días

como quien el secreto inmenso guarda

de la inmortalidad.

 

Es muy triste vivir

tan sólo del recuerdo

cuando se tienen treinta años,

por eso pido a Dios te ofrezca ahora

mañanas sin crepúsculo,

rosas inmarcesibles,

caravanas de estrellas…

 

            No se oyen los tambores de la lluvia

ni la risa del río y las acequias

porque todo es silencio.

 

Hoy que el aire se impregna de tristeza

y los cielos se tornan muros negros,

nuestras vidas ya no nos pertenecen

y sólo nos conforta

tu sonrisa final y la esperanza.

 

 

                                               (agosto, 2024)

 


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