Háblanos un poco de ti...
No creo que mi existencia sea más
interesante que la del resto de los mortales. Nací en Granada, gocé de una
infancia y una juventud dichosas. No tardé en descubrir que tenía condiciones
para la Literatura y me entregué a ella con una devoción casi monacal. Fui
profesor de instituto en numerosas localidades andaluzas. Formé una familia y
durante largos años todo fue de maravilla, pero después la vida truncó esa
felicidad con la enfermedad y muerte de mi hija. Ahora, perdidas las ilusiones,
casi puedo afirmar que sólo me sobrevivo.
¿Qué podemos encontrar entre las
páginas de La vida más allá del
crepúsculo?
Aquí reúno mis poemas de los
últimos cuatro años; son textos crepusculares, impregnados de amargura por el
dolor de los seres queridos y por el devenir de la Humanidad, pero también
llenos de belleza, de misterio, de hondo sentimiento ante la naturaleza y de
esperanza.
¿En qué ingrediente reside la
fuerza de este libro?
La fuerza de este libro está en
su verdad. Creo que después de mi larga trayectoria he conseguido la desnudez
tanto en lo referente al estilo como en los sentimientos.
¿Cómo describirías tu trayectoria
de escritor desde la primera publicación a esta última?
Mis primeros libros eran de más
difícil lectura; se hallaban influenciados por los autores renacentistas,
barrocos y grecolatinos. En ellos existía una firme apuesta por la belleza y un
vitalismo lleno de luz y de entusiasmo. Ahora he conseguido la sencillez, pero
mis poemas se han colmado de tristeza.
¿Cuál fue el último libro que leíste
y por qué lo elegiste?
Los dos últimos libros que he
releído (la vejez se inclina más hacia las relecturas) son de José María
Castroviejo, el mejor escritor gallego después de Valle-Inclán y de Emilia
Pardo Bazán. Su prosa poética es un torrente de sorpresas. Los títulos: “Las
tribulaciones del cura de Noceda” y “La montaña herida”.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
Atravieso una etapa de sequedad
interior poco propicia a la creación, pero siempre guardo inéditos en la
reserva y pronto se publicará un nuevo libro: “Cuentos de misterio en la Alpujarra”.
Esta fascinante región es uno de los pocos territorios españoles donde todavía
resultan posibles los mitos, la fantasía, el misterio.
”IN MORTE"
A mi hija Teresa
¡Qué amargo es al volver
de cada sueño
encontrar la verdad de que te has
ido!
Te has ido para siempre
y uno mide el rigor de esa palabra
y se niega a aceptarla.
No
veremos ya más
tus ojos de bondad e inteligencia,
tu sonrisa de luz limpia y serena,
tu cuerpecito esbelto y delicado,
tus manos cinceladas en marfil,
la noche tunecí de tu cabello…
Ahora
que nos faltan
tus besos de jardín,
tus besos como oreo
de rosas y celindas
en las noches del sur,
ahora que no llega a mis mejillas
el rocío latente de tus besos,
¿cómo sobrellevar
el peso del vivir?
Como
en los mismos sueños,
se confunden ahora,
en esta amarga y vertical vigilia,
la gracia de tu infancia campesina,
tu dicha en los veranos junto al mar
o en la dorada Italia,
tus ímprobos esfuerzos del estudio,
tus años de dolor y de hospitales…
Yo
pensaba auxiliarme de tu brazo
cuando la edad venciera mis
cimientos,
y soñaba a tus hijos
jugando cada tarde en mis rodillas.
Injusto,
sin embargo, me parece,
terrible cruel e injusto,
que yo siga viviendo
anciano, torpe y terco,
mientras tu juventud de oro se aleja
por un río de sombra hasta lo ignoto.
Insolente
la luz pues no la gozas;
inútil el esfuerzo del mar sin tu
mirada;
ingratas las palabras
pues tú eres ya silencio.
No
quisiera quejarme
porque tú casi nunca te quejabas
a pasar del dolor y su cortejo;
no desesperaré
porque jamás a ti logró vencerte
la desesperación,
ni perderé la fe
pues tú la conservaste, valerosa,
hasta el último instante de tus días
como quien el secreto inmenso guarda
de la inmortalidad.
Es muy triste vivir
tan sólo del recuerdo
cuando se tienen treinta años,
por eso pido a Dios te ofrezca ahora
mañanas sin crepúsculo,
rosas inmarcesibles,
caravanas de estrellas…
No
se oyen los tambores de la lluvia
ni la risa del río y las acequias
porque todo es silencio.
Hoy que el aire se
impregna de tristeza
y los cielos se tornan muros negros,
nuestras vidas ya no nos pertenecen
y sólo nos conforta
tu sonrisa final y la esperanza.
(agosto,
2024)
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