Tengo impregnada la memoria de aquel sueño des
espuma blanca. Envuelta en fragancias, ingrávida como un diente de león, me vi
transportada a bosques y praderas, países exóticos, visiones marinas con sabor
a sal… El poder evocador de aquel viaje onírico rezuma con fuerza por toda mi
piel. La vigilia me devolvió suavemente a la tina del baño, cuando el sueño
estalló en aromas como una pompa de jabón.
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