domingo, 22 de enero de 2023

NIEBLA, por Consuelo Jiménez.



Escribo el poema adentrándome en la bruma,

obviar el vaho no ayuda a nada.

Oteo, sujeto el aliento,

con vasto escalofrío ahondo en la niebla más insondable.

Vientre opaco, miro y no veo, intuyo.

No estoy sola, palpo su invisible presencia,

soy un ovillo de raíces en búsqueda de árboles,

aves, piedras, tierra, agua,

y del tímido sol que se turba en la fosca.

Todo es un hallazgo de vida y muerte,

todo pasa y todo queda.

Se van cayendo las palabras del poema,

gravitan, pesan, se silencian.

Tal vez estaría bien que en este vacío,

mi pensamiento vislumbrase el labio de tu boca,

y sin tinta cruda,

palpitando en el ensueño,

yo te pudiese besar.

Digo que este poema,

se está abriendo letra por letra

al amor y desamor disperso en la misma niebla.

Hace frío, un frío que no marchita el latido.

Chispea, estoy dibujando la hoja sin rama,

que ilumina un atardecer cualquiera.

Mi verso es suyo.

Y cuando eso sucede, la existencia es divina.

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