miércoles, 29 de junio de 2022

EL YIN y EL YANG, por Consuelo Jiménez.





Se ha hecho de día,

los árboles hermanados van tejiendo

una alfombra de sombras sobre la calzada.

Las hojas pestañean según el canto del sol,

clavándose oscuras en el suelo.

Aún y así, me complace ver como simulan desaparecer.

Ojalá, pronto, se detengan mis sentidos

en el esplendor del arbusto jazminero

que puebla florecido

la otra orilla del poema.

Sin remedio llegará la noche,

transitoria espesura de nubes grises,

que una vez más,

serán fieles a los ojos del infinito.

 


 

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