martes, 30 de noviembre de 2021

SILENCIO, por Josefina Martos Peregrín.

 



Alguien reza en la cumbre,

pero la cumbre está a pie de calle

o en el segundo piso de un edificio dormido.

En ese Renault que chirría en la curva,

a la vuelta de la fiesta o del trabajo.

En cualquier parte, a cualquier hora,

alguien reza y no siempre lo sabe.

 

A oscuras las voces llaman, a solas las voces buscan,

un ángel se lame la herida, las rejas se llenan de ojos

y el portón brusco golpea al excluido.

Silencio.

Humanidad sorda. O Dios mudo.

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