A
las adolescentes que son víctimas
de la violencia de género.
Llora la noche oscura
el llanto de los pétalos caídos.
(Ella quería flores en el agua de su sed).
«Me quiere-no me quiere…»
―preguntaba a las flores
amarillas―
como si el amor, a pétalos, hablara,
como si el destino, a pétalos,
mostrara su horizonte.
Llenó de pétalos nuevos su cabeza,
cuando él habló de «amor».
Abrió la flor primera que, hasta entonces,
dormía entre sus piernas.
Pero las manos rudas arrancan primaveras,
tiñen de lirios violeta la carne derramada.
Y la flor se congela, en su hielo de abismo.
¡Maldito puño que seca los océanos,
que arranca flores de abril y cría calaveras!
Solo queda la flor de la esperanza,
la que nace de todas las cenizas,
la que crece en los mares disecados,
muy cerca, muy cerquita de tu barca,
para arribo de nuevas primaveras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario