martes, 15 de mayo de 2018

NUNCA SUPO EL SECRETO, por Custodio Tejada.




            I

Aquella primavera
se marchitó muy pronto
y el jardín quedó umbrío.
Nunca supo el secreto
que escondía la flor
en su silencio
hasta que abeja y miel
despertaron la luz
de un sueño largo.

            II
Abejas somos
de los instantes
que como flores
ceden el néctar
de su olor y su polen
a nuestra vida
tantas veces marchita.
Y mientras tanto,
el tiempo hace la miel
con los recuerdos
que, al fin y al cabo, son
la colmena del ser
que nos define.

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