Entorné los ojos
y vi con más
fuerza
que quería soñar
sí, soñar
despierta.
Bajé a un lindo
valle
y vi muchos niños
estaban jugando
a orillas de un
río.
Los veía felices
y no tenían nada,
pero sus sonrisas
lucían en su cara.
El agua y el sol
los acompañaban
y árboles cercanos
qué su sombra
daban.
Después me fui a
un parque
de una gran ciudad,
también había
niños
con bicis, con
motos eléctricas
y no sé qué más.
...
Pero sus caritas
las veía tristes,
no se conformaban
¡Aún querían más!
Tanto consumismo
nos vuelve egoístas
y también, con
menos
¡hay felicidad!.
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