María Trinidad Pérez
de Miravete-Mille y Pascual del Riquelme, conocida artísticamente como Maritrini, falleció el 6 de abril de
2009, a los 61 años de edad, en Murcia, a consecuencia de un cáncer de pulmón.
Aquella noche volví a escuchar su canción Amores,
que con el tiempo se convirtió en la más famosa de su carrera. En 1970 yo tenía
17 años y creía estar enamorado, pero en realidad me enamoré de esta canción, o
quizá de Mari Trini, aunque la haya olvidado durante estos años. También
escuché de nuevo Un hombre marchó: dejó la casa, / dejó la ciudad, / se fue
dulcemente, / ningún reproche, / nada que objetar…. En una entrevista
realizada en el 2001, Mari Trini recordaba aquellos
tiempos, cuando comenzó, con su guitarra al hombro: Una chica, si decía que quería ser cantante, era como si dijera que
quería ser puta. Yo tenía ya compuesto el álbum de Amores, pero el director de
la casa de discos decía que una mujer no era capaz de componer canciones, así
que no prestó atención a mis temas. ¡Imagínate! Parece que estamos hablando de
la Edad Media y fue hace 30 años. Lo cuentas ahora y nadie te cree.
Pero, cuando vendió
cien mil discos, el director ya confió en ella: Iba de un sitio a otro con mis vaqueros y fumando ducados, porque no me
daba para más, y me decían: ‘¡Mira, ahí llega la machota!’. Luego, siguieron
metiéndose conmigo. Un día, un manager me dijo: ‘Tú, con esos vestidos negros y
largos, como un cura, no te vas a comer un rosco’. Yo dije, ‘ya lo veremos’. Y
cuando me comí 300, me cambié de vestuario… ¡Lo que he tenido que aguantar! Creo
que en el Corpus de 1970 –entonces, las casetas de la
feria se montaban en el Paseo del Salón–, vinieron a cantar a Granada Mari
Trini y Las Grecas, con su
canción de moda Te estoy amando locamenti.
Yo iba con un amigo, que estaba medio borracho, reconocí a Mari Trini por el ferial y
le diría cualquier gansada, el caso es que nos sentamos a tomar una cerveza con
una amiga que la acompañaba. Como no se fiaba de nosotros, dijo que pusiéramos los
carnés encima de la mesa. Y allí estuvimos charlando un rato, donde le confesé
mi admiración por sus canciones. Era bajita pero agradable y, cuando días más
tarde se lo conté a mi amigo, no se lo creía. Algo parecido le ocurrió a ella,
cuando cantaba en las terrazas del Barrio
Latino de París, y se tomó una cerveza con el inolvidable cantante Jacques Brel. A Mari Trini le gustaba
cantar la famosa canción Ne me quitte pas,
del cantautor belga.
La canción Yo no soy ésa (que tú te imaginas) la editó
en Francia, mientras que en España estuvo prohibida: Me dijeron que era una canción demasiado ambigua. Fueron tiempos
difíciles. Tenía mucha libertad por dentro y muy poca por fuera. Eso hizo que
se produjera en mí un choque brutal, así recuerda Mari Trini aquel ambiente
machista e intransigente, mientras sigue diciendo: ¡Pensaba que todo era bonito! Luego vi la otra realidad. Un día
descubrí que yo era diferente, lo supe bien y ésa ha sido mi cruz. Por lo menos
yo me siento así, porque tengo la necesidad de adaptarme a los demás, porque la
vida no me trató muy bien y porque yo tampoco me traté muy bien. La letra
de la canción Cuando me acaricias es
poesía en movimiento, como las canciones de Cecilia,
las dos grandes cantautoras, hoy completamente olvidadas. Cuando me acaricias: Cuando
la lluvia cae, / se funde el hielo, / cuando me acaricias, / se quema el fuego…
/ nos marcharemos lejos de nuestro pueblo / y tendremos una casa de lluvia,
amor y fuego. Luego vendrían las canciones Yo confieso, Ayer, Mañana, Amanecí en tus brazos y Déjame: Déjame soñar, / déjame, / tengo que llegar, / no quiero quedarme atrás,
/ los sueños son míos, / déjame soñar…
La gente me quiere y me dice: Yo me casé con…, yo conocí
a mi marido con Ayer. Lo que me asfixiaba era el ambiente musical, el
espectáculo y todo lo que le rodeaba. Así
que dije, me voy de Madrid. Una retirada a tiempo es una victoria. Mari Trini recuerda que, cuando
conoció al director de cine, Nicholas Ray,
le propuso una versión femenina de la película Rebelde sin causa, que protagonizó el mítico James Dean: Creía que yo
podría ser una gran actriz y tenía el proyecto de rodar conmigo ese
largometraje en Yugoslavia, pero murió y se acabó todo. Y, en aquellas
visitas a Londres, conoció a Paul
McCartney y a Roman Polanski. El
8 de marzo de 2008, con motivo del Día de
la Mujer, Mari Trini recibió el premio Lucha por la Igualdad concedido por la Comunidad Autónoma de
Murcia, por retratar a través de sus
melodías las carencias, problemas y desigualdades de la mujer. Este fue uno
de los últimos actos públicos a los que asistió la cantante.
De todas sus
canciones, la cantante prefería Palabras,
quizá porque recoge su pensamiento y su trayectoria: Palabras que deforman nuestras vidas, palabras que destruyen la sonrisa,
palabras dichas sin ninguna prisa… palabras. Transcribo su canción Amores, que es como una añoranza del
sentimiento perdido: Amores se van
marchando / como las olas del mar. / Amores los tienen todos, / pero quién los
sabe cuidar./ El amor es una barca / con dos remos en el mar / un remo aprieta
mis manos, / el otro lo mueve al azar. / Quién no escribió un poema / huyendo
de la soledad, / quién a los quince años / no dejó su cuerpo abrazar / y quién,
cuando la vida se apaga / y las manos tiemblan ya, / quién no buscó ese
recuerdo / de una barca naufragar. / Amores se vuelven viejos / antes de
empezar a amar / porque el amor es un niño / que hay que enseñar a andar. / El
amor es como tierra / que hay que arar y sembrar / míralo al caer la tarde /
que no lo vengan a pisar. / Quién no escribió un poema…
Tengo un disco
compacto, con la grabación sonora original de la casa discográfica Hispavox, con once canciones, donde aparece una Mari Trini joven con su guitarra al hombro: J’attendrai –tan triste como cualquier
canción de amor perdido–, Vive, Vals del otoño, En una noche callada…
Las escucho mientras escribo estas letras y me pregunto cómo es posible que
estas melodías poéticas y vibrantes, llenas de romanticismo y con ese ritmo
alegre, hayan caído en el olvido, en medio de tanto ruido y chabacanería. Si
hubiera sabido que Mari Trini vivía en Caravaca, me habría acercado a saludarla y
a recordar viejos amores. Señalar, finalmente, que a la cantante murciana le
dedicaron una calle en Caravaca de la Cruz, en 2009, unos meses después de
fallecer.
Este artículo fue
publicado en La Opinión de Granada, unos
días después de la muerte de la cantante.
ME e quedado parado , si que peleo por salir adelante, una publicación interesante y currada, personalmente me gustaba esta chica como lo hacia. era muy buena. Gracias Leandro.
ResponderEliminarDisculpa, Antonio, que no te haya contestado antes. Sus canciones románticas eran insuperables, pero ya ves, nadie se acuerda de esta cantante poeta
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