Esconderse entre esas nubes redondas, aparentemente
plácidas.
Quedarse
quieto, mirando el devenir de las hormigas o cómo una amapola rompe su capullo
y extiende sus pétalos arrugados, como la cara de un bebé recién nacido.
¿No ves
que no eres nada especial?
Entonces,
¿por qué gritas, por qué golpeas, por qué escupes, por qué maltratas?
Para qué
tanta mediocridad, si serás abono en la tierra que mancillas.
¿Por qué
no te detienes y observas lo que te rodea? Esa luz imposible, ese verde
cegador, el vuelo libre de las aves… ¡No ves que todo es belleza!
Mediocre;
transformando lo bello en pura farsa y artificio.
¿Eso
eres tú? ¿El escalafón superior de la cadena? ¿El inteligente con raciocinio?
Hasta
que las fuerzas cósmicas den su zarpazo definitivo y te extingas, y sólo seas
una especie que transitó por un planeta, pensando que era el centro del
universo.
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