jueves, 15 de diciembre de 2016

La cara y la cruz de la savia viva, por CONSUELO JIMÉNEZ MARTÍN.



A veces parece que todo gira sin mí.
Árbol de perenne jadeo,
limón exprimido, ácida pulpa.
Dulce raíz fruto membrillo crecido
en la cara y cruz de la tarde.
Al Sur, entre cielo y tierra,
luces obligadas a brillar,
ojos de mal, ojos de bien.
Difícil sospechar un sólo ángel sin cuervo.
Solitarios espectros derrochan pisadas,
sin demora crecen uñas
que arañan la medianoche
donde aúllan nombres que de una zancada
alcanzan las tripas de los mortales.
Allí, rugen bondad y maldad.
Allí, se alimentan lucifer y querubín.
Todavía  presumo de debilidad
en semillas abiertas a la creación,
ternura en flor, amor.




1 comentario:

  1. cuesta no ver el bien y el mal acompañados... cuesta no caer. Me gustó

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