viernes, 14 de octubre de 2016

Ni bestias ni repugnantes, por CONSUELO JIMÉNEZ.


Jamás me cautivaron los animales,
su olor, boca, lengüetazos, babas,
cuerpo, pelo, escamas, plumas,
bigotes, dientes, rabo, cola, ubres.
Y esos muslos siempre tensos
copados de moscas comidos a pulgas,
bichos repugnantes extasiados en sangre.
No señores jamás me gustaron los animales,
ya muerto el suspiro me topé con su mirada
luna sin mordaza soberana del contorno
que sedujo mi llegada achicando mis esperas.
Ahora sé que mientras el aire huele
a negra sombra humana el latido de ellos
se yergue noble en el consuelo.


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