sábado, 14 de noviembre de 2015

Al quinto día, por LUIS LÓPEZ-QUIÑONES RUIZ.




Para Inés

El aire perfumado con olor a flores
saltaba la tapia del cementerio,
los vivos hablaban con los difuntos,
las almas se mezclaban en recuerdos.
Para entonces, los Santos ya no comían huesos,
las calabazas sonreían victoriosas,
mi ansiedad hacía truco o trato
y tachaba los días de mi calendario.
Las hojas que el otoño mataba
alfombraban tu entrada a la vida,
amarillas , naranjas y ocres
vestían al mes de sus colores.
Castañas semillas fecundadas
en tierra húmeda como vientre,
dormitaban como tú esperando
la lluvia de marzo y el sol ardiente.
Con la certeza de tu alumbramiento
el tiempo parecía detenerse,
frío para despertar, abrir tus ojos,
y calor en mis brazos impacientes.
El día quinto, sábado de noviembre
tu llanto recio me llamo padre,
y entre árboles desnudos y  aroma a nieve
sólo tu mirada azul celeste.

Munich, 19 de Octubre 2015









No hay comentarios:

Publicar un comentario