En el rojo del atardecer triste,
cuando la muerte ronda
en la búsqueda de almas
con las que su sed calma…
En el fuego que explota
de aquellos barcos,
arribando al verde
de los árboles,
se exhala el hediondo olor,
azufre y hielo,
mostrando la desolación
que sale a flote.
El fusil clama venganza,
de la tierra brotan lágrimas,
desalmada carne
que deambula por caminos
de hambre y tierra.
Entre letrinas se esconde la esperanza.
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