miércoles, 14 de mayo de 2014

La frontera entre lo sutil y lo denso, por PEDRO CASAMAYOR RIVAS.



Escuché decir una vez que la artritis
latía en los arrebatos entre el éter y el fuego.
El pobre Renoir nunca supo de esas peleas
mientras la sal cruzaba en su cuerpo
               la frontera entre lo sutil y lo denso.
No te resistas al cambio y muerde
aquel grano de pimienta que guardaste
por miedo a excitar el escozor de tus entrañas.
Permite dar al poder residencia entre tu saber y tu sentir
y despierta en tu memoria el pulso
               del agua y de la tierra.
Acaso, ¿qué esperas de la vida?
No te has enterado
que las princesas de tus cuentos
no creen en la primavera
               que trafican con nuestros desmayos.
Según mis cuentas sigues sin respirar
sin mesar verdades al aire que trae la tarde
por eso insisto, mezcla en tus manos
               verde, azul y amarillo,
rebusca en tus bolsillos

y muerde aquella pimienta.

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