miércoles, 14 de mayo de 2014

Génesis, por Dolors Lluy



Cuando llega el deseo
la piel se convierte en camino pedregoso,
que no va a ningún lugar,
pero llega a todas partes.

Cuando el placer explota,
la carne se abre en mis pedazos,
y se convierte en mar, tierra
brasa y aire.

Nuestros cuerpos:
pecan,
comulgan,
y se perdonan.
Escribimos el Génesis
en nuestro cuarto.

Cuando la pasión remite,
satisfechos de haber forjado
nuestro propio mundo.
Al séptimo segundo
cuando el suelo se asienta,
se extingue la llama,
cuando el rio forma su cauce
y el viento cesa;
Dios nos bendice
y descansamos.



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