“Nos” es el título de la
novela de Miguel Arnas Coronado. Una obra que trascurre en un momento de
nuestra historia decisivo, punto de inflexión de una etapa que se acaba, la
dictadura franquista y otro que comienza, la democracia. En este período de
transición, un grupo de profesores de instituto debaten y se debaten en el
trascurso de los claustros.
A través de un narrador
testigo se va devanando la trama, donde las reflexiones, la sucesión de escenas
de la vida y conflictos de los personajes van trascurriendo. Una sociedad que
eclosiona de una manera violenta, desatada. Unas ansias de libertad que se
verán fracasadas en sus expectativas. Ambientes nocturnos trasnochados
salpicados de personajes urbanos pintorescos, donde el alcohol y las drogas
circulan. Frases cortas y meditaciones atinadas que dejan en el lector un poso de sensaciones e impresiones flotando, como resaca de la densidad y hondura
de sus párrafos.
El ambiente de la novela
es Barcelona, la Barcelona de la transición. Inserto en ella, el instituto de
San Patricio; un centro educativo imaginario en las inmediaciones de un barrio
que roza la marginalidad. El escenario es terreno conocido por el autor, pues
es en el campo de la educación donde ha transcurrido su periplo profesional.
En el microcosmos del
claustro de profesores, estos discuten sobre los métodos a aplicar;
procedimientos que obedecen a ideologías y puntos de vista dispares, chocando constantemente
con las normas de un sistema educativo fallido que les causa una gran
frustración (a unos más que a otros). Claustros interminables donde fermentan
los conflictos personales de profesores, padres y alumnos. Ese plural
mayestático que debiera infundir unidad, representatividad, respeto, se diluye
en irreconciliables individualidades…
“¿Somos
niños jugando? es posible. ¿Quiénes somos nosotros? Nos. Cada uno de nosotros
sienta cátedra cuando habla: todos tenemos razón, pero la razón reunida
equivale a la sinrazón en absoluto
razonable. Confiados en el diálogo, acaba siendo la fuerza la que decide, la
fuerza bruta o la de los votos: nadie persuade a nadie, la retórica es pura
retórica.”
Leer esta novela es
descifrar la genética de la sociedad de nuestros días: un tiempo en el que los
plurales mayestáticos no nos representan y las ideologías se disuelven en una
realidad compleja, contaminada de intereses. La inercia de un sistema que se resiste
a los cambios, aún cuando estos sean de vital importancia.
Miguel Arnás vivió esa
parte de la historia de nuestro país, por eso la conoce de primera mano.
Jóvenes que tuvieron que abrirse paso ante la represión y la censura en una
“Spain is different”, slogan creado para quitar hierro al asunto, porque el
asunto tenía hierro y bastante oxidado.
“Parece que dejamos
a la espalda un trauma mayúsculo producto de una adolescencia común bajo la
insensatez de un tiempo marcado (…) por una historia embustera y unas canciones
ripiosas cantadas bajo la palmeta, por un pánico al pecado que quedó atrás pero
dejó mancha. Porque todos tenemos esa edad en la que la infancia y primera
adolescencia aún estuvieron marcadas por ello, aunque luego se relajase como
todo se relaja en este país para quedar en un discurso vacío, fatuo y aburrido,
una represión sindical y política selectiva y una clase dirigente
preocupadísima por conseguir, sí, una democratización pero evitando a toda
costa caer en el radicalismo.”
¿Es necesario, me
pregunto, seguir prolongando la transición?.